Enciende los candiles que los brujos piensan en volver a nublarnos el camino.
Seru Giran.
Lo que pasó con Santiago Maldonado, aun es una herida que no cierra. No queda claro, cuesta entender y cuesta creer que quieran hacernos pensar que simplemente fue un “accidente casual” generado por el hecho de que alguien estrictamente no sabía nadar. Si uno piensa en esos días de desesperación e incertidumbre ante el desvanecimiento de una persona en democracia, ya lo dijo Mollo “Charly escribió los dinosaurios para exorcizar el miedo”, cuesta, cuesta creer que ocurra. Sin embargo, el miedo vuelve a surgir. Sin embargo, días de angustia y sentimientos conocidos y causados por el recuerdo latente de días oscuros en nuestra historia, dónde cómo dice Los Dinosaurios “Los que están en el aire pueden desaparecer en el aire, los que están en la calle pueden desaparecer en la calle se hicieron carne con el correr de los días.
Los ojos negros de Santiago se repitieron en todos lados, paredes iluminadas que reflejaban su mirada, carteles, muros repletos en redes sociales pidiendo por él. Su familia lo esperó con la fuerza que los caracterizó, sin embargo el bombardeo mediático, el ponerlos en la mira, el bastardear, fue moneda corriente. Aquel viernes de desolación se confirmó lo peor, (el cuerpo encontrado en aquel lugar del río donde ya habían buscado y mágicamente nada habían visto), era el de Santiago Maldonado.
Es una herida que no cierra aun porque nunca quedó claro y desde el estado acrecentaron esta idea de Santiago culpable por estar ahí, por reclamar, por cortar rutas, cuando en caso de haberse tirado al río deberían preguntarse por qué lo hizo si no sabía nadar, de qué huía, qué lo asustó. Pero no, desde el estado se preocuparon más en poner un 0800 para denunciar a aquellos docentes que en las aulas hablaran de él, “prohibido decir Maldonado, prohibido decir Santiago”.
Hoy, a pocos días de cumplirse dos años de su desaparición, Santiago Maldonado fue trending topic porque la ministra Bullrich propone el Servicio Cívico voluntario ya que busca una juventud militarizada, ¿A quién se le ocurre que con la gendarmería que desapareció a Maldonado se pueden aprender “Valores democráticos”?, a ellos , a los dinosaurios.
Como radio, comprometidos con la realidad que nos involucra, repudiamos y rechazamos el Servicio Cívico voluntario. Por todos, pero por sobre todo, por él.
Texto: Alejandra Sanchez Ferreiro
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