Centro social metropolitano para la construcción de comunes urbanos.
Un buen número de personas, redes y colectivos han convocado a tomar las calles bajo el lema Madrid No Se Vende, para expresar que hay dos modelos que se plantean para la ciudad: el que defiende la vida y los derechos y el que apuesta por el lucro de unos pocos frente al sufrimiento de la mayoría. Esta conversación, que se viene dando desde hace unos meses, no está solo centrada en la convocatoria de una manifestación, sino en una apuesta por la continuidad del trabajo coordinado, en red, de los movimientos sociales, vecinales y ciudadanos del gran Madrid. También hoy, algunas de esas personas queremos invitaros a un nuevo espacio en el Paseo del Prado como territorio para esa conversación y para todas las personas que se acerquen. Os invitamos a sumaros al uso y disfrute, a la gestión y a la defensa de este espacio que apuesta por los comunes urbanos frente a la especulación con los derechos. Por la autoorganización alegre de las personas frente a la parálisis desesperante de las instituciones públicas. En definitiva, por el derecho a la ciudad y al territorio de las personas que lo habitan y atraviesan.
Estamos rodeados de abundancia y posibilidades de mejorar nuestra sociedad.
Tenemos en Madrid un movimiento feminista que no solo desborda las calles en manifestaciones multitudinarias, sino que se expresa, piensa y actúa en mil facetas de la vida política en lo cotidiano y en lo público, en redes y grupos. Es el mejor valor que tenemos en la sociedad para transformarla y hacerla más justa, para poner la sostenibilidad de la vida en el centro. También abunda una visión ecologista sobre los modelos de producción imperantes que no solo apunta a la denuncia incesante del incumplimiento de marcos normativos sino que construye y plantea alternativas a la gestión de la energía, la tierra y el agua: es la mejor última llamada ante la gran encrucijada de la verdad de los límites materiales de nuestra sociedad. Este Madrid feminista, ecologista, mestizo y solidario es el que puede plantear y poner en marcha un Madrid que merece ser vivido.
El edificio
Este lugar que hoy disfrutamos fue construido para ser sede de la Universidad Pública, ese territorio en peligro de extinción que las administraciones públicas ponen al servicio de los intereses del mercado . El (pen)último uso público que tuvo fue el de Centro de Salud de Retiro hasta que, de forma sobrevenida, Ana Botella llegó a un acuerdo con un arquitecto millonario amigo de Jose María Aznar para que hiciera ahí un museo a su capricho y a su mayor gloria. Esto supuso que el personal sanitario y miles de pacientes pasasen a tener que desplazarse al centro de salud más cercano, a 3,4 km. Gallardón, Botella, Aguirre, Aznar, Granados, Cifuentes lo tienen claro: el capitalismo de amiguetes les da los recursos para mantener su nivel de impunidad, esteroides a sus campañas electorales y no importa dilapidar la educación, la sanidad, los servicios sociales o la soberanía alimentaria y el medio natural para mantenerlo.
Este proyecto ha sido fuertemente contestado por sectores muy amplios de la sociedad madrileña y en la actualidad cuenta con la oposición frontal de muchas voces de la sociedad civil: desde el Colegio de Arquitectos al Patio Maravillas, pasando por la Academia de Bellas Artes, Ecologistas en Acción o Madrid Ciudadanía y Patrimonio. Basta de reducir Madrid a una marca y ponerla al servicio de los negocios caprichosos de los amigos de los supuestos representantes que nos gobiernan.
Contexto
En estos días, en los que se hace evidente que corruptelas como esta, como la del Open de tenis en la Caja Mágica o como la de Villar Mir en Canalejas, urdidas en tiempos de Gallardón, Aguirre y Botella, se perpetúan en las entretelas del ayuntamiento de Carmena, es necesario que la sociedad civil y los movimientos sociales nos organicemos y permanezcamos alerta. El expolio del Canal de Isabel II que se evidencia estos días no es un caso aislado: Eurovegas, la ley de las tres alturas, vivienda social en manos de fondos buitres, la privatización de la sanidad y la educación forman parte de esa visión vampira que comparte el PP con las constructoras, los bancos y las turoperadoras. Cifuentes no le podrá lavar la cara a eso porque lleva toda su vida en ese fregado y porque la “Ley Cifuentes” que propone para el suelo de Madrid es la consolidación de ese modelo: un Madrid con barrios sin escuelas ni centros de salud, sin vivienda social ni espacios de convivencia, sin espacio para la reproducción de la vida. Por supuesto, esa ley la prevén sin participación de la sociedad civil en su elaboración, aunque eso no va a pasar.
Por lo que se ve, con estas instituciones públicas no va a ser suficiente y es urgente afrontarlo. ¡Vamos a ello!
Seguimos
Queremos decirle al ayuntamiento de Ahora Madrid y del PSOE que rompan el acuerdo que Botella firmó con Ambasz para cederle este edificio por 75 años a cambio de nada y permita que los movimientos sociales lo usen indefinidamente. Repetimos: abandonad la connivencia con el capitalismo de amiguetes y dejad hacer a la sociedad civil que apuesta por un mundo más justo.
Y a todas las personas que lean esto y defiendan los derechos humanos os queremos convocar a una asamblea hoy sábado a las 19h por la tarde en este nuevo edificio del común, anunciaremos los detalles en redes sociales.
Por un Madrid que no se Vende.