Ivana Aguilera, militante por los Derechos del Movimiento LGBT en el programa 30 Mil Presentes
“El movimiento LGTB en los años de dictadura y terrorismo de estado en la Argentina”
Por Eugenio Talbot Wright
La persecución a la comunidad LGTB tiene sus orígenes en 1932, cuando comenzó a ser sistemática. Fue durante los años de la dictadura de Onganía, cuando un grupo militantes provenientes de distintas ramas, se agruparon y fundaron lo que se conoció como “Nuestro Mundo”, movimiento opositor a los gobiernos dictatoriales, que planteó una nueva forma de concebir el camino hacia la revolución: a través del ejercicio de las libertades sexuales.
Parte de su actividad política se concentró en investigaciones y materiales de reflexión que dieran cimiento a sus ideas, trabajando en conjunto con feministas y otras fuerzas. Lxs militantes que conformaron “Nuestro Mundo” provenían de diversos grupos: marxistas, peronistas, cristianos, trabajadoras e intelectuales que constituyeron una organización con principios anticapitalistas, antipatriarcales y antiimperialistas.
La elaboración de una teoría política ocupó un lugar cardinal en la actividad de la organización. En 1971 el mismo grupo funda el Frente de Liberación Homosexual (FLH) como colectivo político conformado por sujetos con identidades disidentes a la norma heterosexual. Las actividades políticas del FLH fueron de vanguardia y elaboraron junto con documentos y manifiestos, un órgano de difusión que fue la revista “SOMOS” de un gran valor estético y político.
La persecución al colectivo paso a ser generalizada y sistemática a partir del gobierno de María Estela Martínez de Perón, en donde desde la revista “el Caudillo” órgano de difusión del ministerio de bienestar social, se llamaba a aniquilar a los gays y lesbianas utilizando practicas nazis. Finalmente el Frente de Liberación Homosexual es exterminado como organización ya en los primeros meses del año 1976.
La comunidad LGTB ha sido uno de los blancos de los distintos gobiernos genocidas y también, durante muchos gobiernos democráticos. El departamento D2 de la policía de Córdoba fue un lugar de secuestro tortura y exterminio de esta comunidad. También sabemos que en La Perla, uno de los campos de concentración más grandes del país, pasaron mujeres trans que fueron torturadas y cuyo destino desconocemos.
Si revisamos los tratados y convenios que este país ha firmado y ratificado, sin lugar a dudas esta persecución debe ser considerada como un delito de Lesa Humanidad. Cientos de presos LGTB fueron torturados, asesinados y desaparecidos en forma sistemática hasta hace pocos años. Hoy existe en esta sociedad una deuda pendiente: reconocer al colectivo LGTB como un actor político importante durante la última dictadura cívico-eclesiástico- militar, que se organizó en un frente de lucha que fue exterminado e invisibilizado.
Por más memoria, verdad y justicia merecemos revisar siempre nuestra historia y reclamar por todos los que fueron perseguidos bajo las formas más violentas que se conocen en la historia.
[Escuchá 30 MIL PRESENTES, el programa de H.I.J.O.S. Córdoba en Eterogenia. Miércoles, 18.30, en www.eterogenia.com.ar]
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09-08-2016