Por Sergio Hofmann
Fotografía: Sergio Manes
Producción: Sin Destino
En la noche fría de sábado en la Ciudad de Córdoba, la sala se encuentra llena e impaciente por disfrutar la segunda y última presentación que nuestro querido Juan Falú nos regalará en Cocina de Culturas.
Luces tenues, en el escenario Patricia Cóppola:”…Con tonada tucumana, Juan Falú recuerda los lapachos y los naranjos que pueblan las canciones de su tierra. Dice que aprendió a tocar en la guitarra machucada de su padre, del mismo padre, Alfredo, que le enseño a escuchar la música desde Polonesas, Valses, Danzas Húngaras hasta Chopin. Parece que fue un estudiante rebelde y desordenado, cuenta. La noche, los bares, los amigos y las guitarreadas fueron escuelas para Juan. Del mismo Juan que se subió a las efervescentes tribunas universitarias de los 70’, sin que las protestas de aquellos años llegaran a su guitarra, la que se resistía a pura Zamba, a puro Tango y Bolero. Y fue el exilio brasilero cuando, dice Juan, que el sintió a ese Juan que ya no lo abandonaría más. Pasada la noche negra volvió al país “Con La Guitarra Que Tengo”, con su especial modo de sentir la tierra. Y tejió la música al lado de otros músicos y cantores, sospechando siempre de aquellos que nombran a personas muy conocidas. Juan dice que lo que más le gusta tocar son esas zambas lentas, esas que necesitan de aire, de respiración, de silencios, hasta hacer llorar la guitarra, Juan Falú…”.
Luego de tan bellas palabras, que predisponen a una noche inolvidable, el maestro sube al escenario sólo con su
guitarra, los primeros acordes rompen el silencio con “La
Taficeña”, una zamba de su autoría, “…Ésta es la única composición instrumental que van a escuchar hoy porque éste es un encuentro destinado a mis composiciones cantadas o cantables y… dado que no soy el cantor que quisiera ser para mostrar las canciones que hago, aparecieron cantores que sí saben y decidieron abrazar esta obra, y ése es el motivo de éste encuentro…”
Durante toda la noche, Juan, con gran profundidad y sentido del humor, le dedica el tiempo suficiente a contar anécdotas e historias referidas a las canciones que va interpretando. Reflejo de la humildad y seguridad que hay en él y en su vasta obra.
Al mismo tiempo que cuenta sobre su primera interpretación, ingresa a escena la banda estable que lo acompañará durante toda la noche: Jorge Martínez en Piano (autor de los arreglos), José Gómez en Percusión y Jorge Luis Reales en Guitarra.
Su primera invitada y encargada de ponerle voz a su obra es Cecilia Mezzadra, cantante nacida en La Para, Córdoba. Con ella interpretan una de sus primeras composiciones, “Rosario Pastrana”. Hermosa Chaya compuesta por Juan Falú y Pepe Núñez, autor citado en varias ocasiones durante el show.
A ello le continúa un hermoso bolero, de amor por supuesto, llamado “Mi esperada Canción”. Donde Juan Comenta que, la inspiración de dicho bolero fue la llegada de un hijo “…porque asocié la llegada de ese hijo con la canción esperada…”. Y terminan con un Gato hecho por José Antonio “Pepe” Núñez, “Agarrado”. Al término de la primera invitada ingresa, para acompañar al maestro, Mariano Clavijo (cantor y compositor Cordobés que, junto a Romina Lopez y Diego Marioni, fueron los encargados de la producción local del espectáculo). Con él hacen la emblemática chacarera “Zonko Querido” (música de juan Falú y letra de Pepe Núñez), “…donde Pepe toma, del lenguaje popular y del asado de los pobres, la idea del corazón como achura…”, comenta Falú. Y pegado a fabulosa representación, siguen con “Vamos Todavía”, tango compuesto cuando estuvo exiliado en San Pablo.
Luego es el turno de nuestra querida Mery Murua, que con gran sentido del humor, como nos tiene acostumbrados, sube al escenario y comienza una linda charla de anécdotas y chistes antes de comenzar a cantar.
“…Yo digo que al Juan se le quedó un niño atravesado en los dedos y en el corazón, porque es como un niño que anda por la vida y, quien ha compartido un rato con él, tiene una anécdota…”, comenta Mery mientras comparten una copa de vino. A dichas palabras le sigue la Chacarera “Pa` que la quiero redonda”, chacarera “…pa` provocar a los santiagueños…” comenta con risas de por medio. Sin pausa continúan con un hermoso Gato “…porque no hay chacarera sin gato…”.
Para terminar su participación, Mery lo acompaña con una zamba que habla sobre, según cuenta Juan, “…una vieja amiga de Tucumán que siempre cantó, hasta que decidió que no iba a cantar más. Y eso me inspiró a hacer una zamba, que es un pedido de que cante…”. “Cantorcita”.
Casi llegada la medianoche, la cantora oriunda de Cruz del Eje se retira para darle lugar a Diego Marioni, Catamarqueño que hace su participación con un tango (“Solo en la Ciudad”) de Horacio Pilar, gran compañero de Juan Falú, a quien él recuerda con cariño.
La noche ya va llegando a su fin, pero el maestro seguía entusiasmado mostrando su creación ante un público que, en silencio, lo escuchaba con mucha atención, “…Cuenta el poeta (Carlos Herrera) sobre la mirada de un muchacho tímido. Que no le dijo nada, como Yupanqui en El Recuerdo del Portezuelo (“Nunca le dije nada, pero qué lindo, y de feliz le daba mi copla al viento”). Y el Tata Herrera lo que hace aquí es hacer que ésta muchacha, la Donata, sea piropeada por el propio paisaje, un paisaje bien catamarqueño…”. Y los acordes de “Donata Suarez” (letra de Carlos Herrera y música de Juan Falú) suenan ejecutados por su eximio compositor.
Al escenario se incorpora Betiana Charny para recitar un hermoso poema y luego soltar su voz para compartirla con Juan y con el público. Ella tuvo mucho que ver con este encuentro: llevó la idea original, junto a Patricio Feminis, de las dos presentaciones realizadas los días 03 y 04 de Junio en Cocina de Culturas.
La noche ya estaba colmada de emociones y sensaciones que superaban cualquier expectativa que podíamos tener. Sin embargo, Juan se dispuso a hablar con mucha melancolía de Hamlet Lima Quintana antes de hacer resonar en su guitarra una canción suya: “…para mí, que soy de la generación de sus hijos, fue muy importante poder tener un tema con él…una letra fantástica, habla de la muerte pero con mucha vida…”.
Y antes de que todos los invitados suban al escenario para cerrar la magistral noche, ingresa a escena Nancy Tortone, con quien interpreta “El rey de la historia”, una bella canción de Juan.
La noche ya llega a su fin, el escenario se colma por todos los cantores invitados e interpretan “Donata Suarez” para darle un cierre a una noche donde la poesía y la música una vez más se unieron para hacernos vibrar el alma, dejándonos arraigado el sentimiento a la vida y a la tierra.
[Este y otros relatos musicales, en Sin Destino. Todos los viernes a las 18, por Eterogenia]
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05-07-2016