El hermano de Darío Santillán en La luna con gatillo.
Los libros, las canciones, las cartas de Darío. Autores, fechas y frases que Leo Santillán repite de memoria, para traerlo de vuelta.
Y la lucha en la calle, que sigue ahora para buscar justicia. Así lo explica su hermano: “ya han pasado 14 años, (y falta) lo más fuerte, lo que tiene que ver con la investigación hacia los responsables políticos, que planificaron y llevaron adelante la Masacre de Avellaneda; recién en 2014 logramos que se desarchive la causa”.
El 26 de junio de 2002, Darío Santillán y Maximiliano Kosteki fueron asesinados por las fuerzas represivas durante una protesta en reclamo de planes sociales. Leo Santillán no olvida que hubo 33 heridos ni sus nombres.
Tampoco puede dejar de mencionar “a todos los asesinatos del aparato represivo”, ni señalar a sus responsables. “Darío no fue un número más, pero no es el único muerto de nuestra historia”, explica. Y celebra la memoria con los buenos recuerdos.
“Sirven para entender un panorama más completo de lo que era Darío”, dice. “Nos aportó la lectura de muchas cosas: qué significa pensar en el otro, el hombre nuevo del Che, no es solamente palabrería, ni (para) cuando hay una cámara encendida: fue como vivió Darío, pensar con el otro y negarse a sí mismo”.
La causa
“La justicia es ajena a los intereses populares”, aclara Leo antes de desarrollar el estado de la lucha en los pasillos de tribunales, y también las que siguen en la calle conlos escraches populares.
En enero de 2006 lograron que se condene a los responsables materiales del asesinato de los dos jóvenes piqueteros. Así, el excomisario inspector y responsable del operativo, Alfredo Fanchiotti, y al excabo primero Alejandro Acosta recibieron perpetua.
“Nos ha servido para llenar de aire el pulmón, y seguir la lucha, pero fue una alegría amarga, p
orque seguía faltando lo más importante, que tiene que ver con quienes dieron la orden para que se lleve adelante esa brutal represión, desde la casa de gobierno”.
“No podemos estar tranquilos ante los hechos. Aníbal Fernández y Felipe Solá estaban candidateándose en las elecciones pasadas, no podíamos estar quietos”.
«En un momento de mi vida en donde yo andaba complicado, el me remarcaba esto de que el hombre siempre puede dar mas, hasta que no se desmaya o no se muere, el hombre siempre puede dar más».
[La luna con gatillo, una crítica política de la cultura. Con Mariano Pacheco. Los jueves a las 15, por Eterogenia]
______________________________________________________________________________________________________________________
Contenido editado y publicado por Agustina Conci.
aconcicc@gmail.com
24-06-2016